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El aumento de enredos de ballenas exige acción urgente en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional en Perú


Por primera vez, Perú es el anfitrión de la reunión plenaria de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), el único organismo internacional que reune a gobiernos de todo el mundo para desarrollar estrategias de conservación y manejo de cetáceos. La reunión se llevará a cabo en el hotel Los Delfines en San Isidro, Lima, del 23 al 27 de setiembre. Se discutirán temas cruciales como la necesidad de mantener la moratoria sobre la caza comercial de ballenas para asegurar la recuperación de las poblaciones de ballenas, el fortalecimiento de las sinergias entre la CBI y otros acuerdos ambientales globales, así como la situación financiera de la CBI.
 
Mientras tanto, tan sólo el jueves pasado se reportó un enmallamiento de una ballena franca austral, una población compartida entre Chile y Perú, que está categorizada como en peligro crítico de extinción por la UICN[1].  Se estiman que quedan menos de 50 animales de esta población, y la hembra enmallada, que fue vista por un tour operador en Los Órganos, estaba acompañada de su cría, pero no les fue posible desenmallarla antes de perderla de vista. El mismo individuo fue observado nuevamente con su cría el sábado 21 de setiembre en Máncora, pero a pesar de que se reportó el incidente, el personal de IMARPE no se encontraba disponible para realizar el rescate. En el caso de esta población al borde de la extinción, Perú tiene una responsabilidad crucial.
 
El enmallamiento en redes de pesca representa la principal amenaza para las ballenas, ocasionando no solo una muerte prolongada sino también una agonía considerable. Cuando una ballena queda atrapada en una red de pesca, la restricción de su movilidad y la laceración producida por las cuerdas provocan un deterioro físico severo, que incluye desgaste muscular, infecciones en las heridas y, frecuentemente, amputaciones parciales de aletas o cola. Además, el estrés prolongado y el agotamiento resultante de los intentos de liberarse pueden llevar a la ballena a una condición crítica, comprometiendo sus funciones vitales y resultando en una muerte lenta y dolorosa. Este tipo de interacciones antropogénicas no solo afecta la supervivencia individual de estos cetáceos, sino que también tiene impactos poblacionales, alterando estructuras sociales y patrones reproductivos, lo que acentúa la necesidad de medidas de mitigación efectivas en las prácticas de pesca para proteger a estas especies en peligro. 
 
La CBI ha enfatizado la urgencia de reducir de la captura incidental (o no accidental en la pesca) y el enmallamiento en redes, una amenaza significativa para los cetáceos (ballenas y delfines) tanto del océano como de aguas continentales, que no solo pone en riesgo la biodiversidad marina sino que también causa impactos socioeconómicos sustanciales en las comunidades de pescadores artesanales.
 
“Históricamente, se han registrado más de 102 enredos de ballenas a lo largo de la costa peruana. En lo que va del 2024, ya se han reportado 9 incidentes y eso sólo es la punta del glaciar, porque la mayoría de los enredos de ballenas y delfines no se reportan. Estos enredos a menudo resultan en pérdidas económicas considerables para los pescadores locales, con pescadores de altura y costeros reportando pérdidas promedio de S/. 10,613.6 y S/. 1,949.6, respectivamente,” afirma Piero Uceda, oficial asociado de WWF-Perú.
 
Se estima que hasta 20.000 cetáceos mueren cada año en las pesquerías peruanas debido a la captura incidental[2], siendo la marsopa espinosa y el delfín oscuro las especies más afectadas. Esto ha generado una importante preocupación a escala global. Debido a la elevada tasa de capturas incidentales y a los temores relacionados con el futuro de las poblaciones locales, la CBI y el Grupo de Especialistas en Cetáceos de la UICN dieron la voz de alarma y pusieron de manifiesto su grave preocupación. Del mismo modo, para cumplir con los requerimientos de exportación de productos pesqueros a Estados Unidos bajo la Ley de Protección de Mamíferos Marinos (MMPA por sus siglas en inglés) de ese país, Perú tiene la obligación de monitorear y mitigar la captura incidental de mamíferos marinos en sus pesquerías artesanales e industriales.
 
La pesca incidental no se limita a los ambientes marinos, también afecta los ecosistemas acuáticos continentales. En la Amazonía Peruana, los delfines de río enfrentan capturas accidentales que no solo provocan una muerte no intencionada, sino también pérdidas económicas para los pescadores debido a los daños en sus redes. Por ello urge la actualización del Reglamento de Ordenamiento Pesquero de la Amazonía Peruana (ROPA), asegurando que incluya lineamientos que garanticen una coexistencia armoniosa entre las pesquerías y los delfines de río, fomentando su conservación y el aprovechamiento sostenible de los ecosistemas acuáticos.

La CBI le permite a Perú acceder a apoyo técnico internacional crucial para enfrentar los enredos y la captura incidental de cetáceos tanto marinos como continentales. A través de esta colaboración, Perú puede implementar tecnologías avanzadas para reducir el riesgo y prácticas eficaces para atender los enredos cuando ocurren.
 
WWF-Perú trabaja con pescadores tanto marinos como continentales en la promoción de buenas prácticas pesqueras y la implementación de medidas de prevención del enmallamiento de ballenas y delfines. "El impacto de la pesca en los cetáceos destaca la necesidad urgente de encontrar soluciones que protejan tanto nuestra biodiversidad marina como las comunidades que dependen de los recursos marinos", señaló Aimée Leslie, directora de Conservación de WWF-Perú.

La reunión de la CBI en Perú no es solo un evento crucial para la conservación global de cetáceos, sino también una oportunidad única para que Perú demuestre liderazgo en la protección de estas especies a nivel internacional. A través de la cooperación y el apoyo técnico que ofrece la CBI, el país está en posición de avanzar en la implementación de medidas efectivas contra los enredos y la captura incidental, asegurando la conservación de estas especies y las comunidades que dependen de ellas. WWF-Perú continuará colaborando con el gobierno peruano y las comunidades locales para asegurar una pesca sostenible, promoviendo una coexistencia armoniosa entre las actividades humanas y la vida y el medio marino.
 

[2] Van Waerebeek & Reyes 1994, Mangel et al. 2010
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