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AFIMAD: La historia de un emprendimiento y el autosostenimiento de los pueblos indígenas en Madre de Dios

Este emprendimiento es un claro ejemplo de que las actividades económicas ancestrales de los pueblos indígenas permiten su sostenimiento, fortalecen su soberanía, mejoran su seguridad alimentaria y revalorizan sus recursos.



© Yawar Films / WWF US


Hace 16 años un grupo de comuneros indígenas de Madre de Dios decidieron apostar por el bienestar colectivo. Liderados por Martín Huaypuna, obtuvieron préstamos personales para conformar un emprendimiento dedicado a la recolección y comercialización de la castaña. Esta iniciativa brinda la esperanza a los pobladores de las comunidades indígenas de organizarse en  una actividad productiva sostenible que le hiciera frente a la tala y minería ilegal que ya acechaba la zona.

 

Con el acompañamiento de WWF Perú y otros aliados lograron formalizarse en el 2009 como la Asociación Forestal Indigena Madre de Dios (AFIMAD) y se constituyó en el brazo técnico de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD).

 

Este pequeño negocio, al inicio, no contaba con asistencia técnica para conocer el  proceso tecnificado ideal para almacenar, la forma correcta de hacer el secado o de cosechar y a la vez conservar los árboles castañeros. Con cada zafra que pasaba y el acompañamiento técnico que recibían, su sistema de recolección y producción se especializó y les permitió obtener en el año 2010 la certificación orgánica, de comercio justo y firmaron su primer contrato con una empresa nacional, Candela Perú.

 

De esta manera, AFIMAD se posicionó en el mercado local y en el 2020  hizo su primera exportación de manera individual, logrando llevar su producto a mercados internacionales como Estados Unidos y Europa. Esta actividad económica permite que 200 familias de las comunidades nativas Sonene, Palma Real, Puerto Arturo, Boca Pariamanu, Monte Salvado y Puerto Nuevo, de los pueblos indígenas Yine, Ese Eja, Amahuaca y Shipibo, mejoren sus ingresos por la recolección y venta de castaña, aportando a su seguridad alimentaria.

 

Un punto importante a resaltar, es que la fecha de zafra coincide con el retorno escolar, por lo que esta actividad económica es una de las principales fuentes de ingresos para la compra de útiles escolares y se torna una actividad familiar que activa a todos los pobladores de las comunidades involucradas.

 

© Yawar Films / WWF US

 

Durante los últimos años AFIMAD ha fomentado la participación de la mujer indígena y reconoce su liderazgo; ellas son parte de las actividades productivas y buscan actividades complementarias como el turismo, la agricultura y la artesanía. Como resultado de este esfuerzo, en el 2018 Nadia Pacaya Grifa se convierte en la primera mujer presidenta de la junta directiva de la asociación y en el 2023 por primera vez la junta directiva se conforma en su totalidad por mujeres. “Es un momento de cambio, es importante que las mujeres traigamos nuestra visión de organización y de enfoque familiar al emprendimiento” resalta Emily Urquía Sebastián actual presidenta de AFIMAD.

 

Si bien, la castaña es el producto estrella de AFIMAD, a lo largo de los años, y debido a una serie de factores externos como el cambio climático, los conflictos internacionales, la coyuntura interna, han hecho reflexionar a las diversas Juntas Directivas de la Asociación, que “... no se pueden poner todos los huevos en una canasta”, según Emily por lo que se han empezado a buscar otros recursos alternativos cuyo aprovechamiento, les permita seguir generando ingresos de manera sostenible y complementaria.

 

© Yawar Films / WWF US

 

 

Bajo este contexto, el aprovechamiento de huicungo (Astrocaryum murumuru) se convirtió en una opción. Debido a que es un recurso que nace de una palmera nativa, crece en las comunidades y es cotizado como insumo para la creación de cosméticos. Para agregar este producto a su oferta, este año obtuvieron el primer plan de manejo de huicungo en la región.

 

Sin embargo, la castaña sigue siendo su actividad estrella. Para aumentar su valor, crearon una planta de transformación que, además del fruto deshidratado o en cáscara, les permitirá comercializar derivados como aceite y harina de castaña.

 

A lo largo de estos 15 años, este emprendimiento nos ha dado una nueva alternativa para mejorar nuestra calidad de vida, hoy contamos con hermanos que se han especializado en la universidad para contribuir más a la iniciativa, creamos un espacio en Puerto Maldonado donde los jóvenes de la comunidad pueden venir y quedarse para terminar sus estudios universitarios, las comunidades han aprendido a trabajar de manera organizada y poseen otras actividades complementarias como casas de artesanas y servicios de turismo. AFIMAD permite el sostenimiento de los pueblos indígenas de Madre de Dios.” Indica Martín Huaypuna, gerente comercial de AFIMAD.

 

AFIMAD es un claro ejemplo de que las actividades económicas ancestrales de los pueblos indígenas permiten su sostenimiento, fortalecen su soberanía, mejoran su seguridad alimentaria y revalorizan sus recursos. También son una forma de incentivar a las nuevas generaciones indígenas en modelos de negocio que les permita impactar positivamente sobre su calidad de vida y al mismo tiempo salvaguardar sus territorios y recursos.

 

Este emprendimiento también ha logrado que a lo largo de estos 15 años, 29 mil hectáreas de bosque sean aprovechadas sosteniblemente y contribuyan a proteger la biodiversidad en torno al Parque Nacional Bahuaja Sonene, la Reserva Nacional Tambopata y la zona de influencia de la Reserva Territorial Madre de Dios. Sin duda, un emprendimiento sostenible con calidad de exportación cuyos protagonistas son los pueblos indígenas.

 

© Yawar Films / WWF US

 
 
Este emprendimiento es un claro ejemplo de que las actividades económicas ancestrales de los pueblos indígenas permiten su sostenimiento.
© Daniel Martínez/ WWF - Perú
Este emprendimiento es un claro ejemplo de que las actividades económicas ancestrales de los pueblos indígenas permiten su sostenimiento.
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