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Cuidar el páramo de Chingaza: el desafío para sus comunidades

Germán Parra es uno de los rostros visibles que preserva y vive en las inmediaciones de este ecosistema icónico de los Andes, el cual proporciona el 70% del agua a Bogotá.


Germán ha logrado articular a los jóvenes generando arraigo en la tierra que los vio nacer. Foto: Fílmico

Germán Parra nació en los alrededores del Parque Nacional Natural Chingaza, pero tuvo que dejar su vereda, donde pasó toda su infancia, para partir hacia la ciudad a buscar mejores oportunidades. Nació en un lugar privilegiado, un páramo que es el responsable de proporcionar el 70% del agua a Bogotá y a otros once municipios cercanos, en un territorio que es refugio climático y que es la entrada a la zona de transición a la Orinoquía.

Un primer viaje a Bogotá lo convenció de que quería volver a su territorio, pero cuando lo hizo se dio cuenta de que no tenía más oportunidades que jornalear o cuidar vacas, así que partió de nuevo para la capital. Pero ese nunca fue su lugar, nunca logró que se convirtiera en su hogar. 

De niño, tuvo clases con funcionarios y contratistas de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC), la autoridad ambiental colombiana que se encarga de manejar y gestionar las áreas protegidas nacionales del país. “Venían una vez al mes a dictar una clase sobre conservación y medioambiente, nunca le tomé importancia, pero me quedó sonando”, explica Germán.

Por eso, la segunda vez que regresó a la vereda no dudó en empezar a trabajar con PNNC cuando en 2012 salió la oportunidad. “Regresé con un objetivo muy claro, que es ayudar a la gente y a la conservación”, cuenta, y aunque prácticamente hizo toda la carrera de funcionario en la institución, sentía que le seguía faltando algo.


Chingaza es el páramo responsable de proporcionar el 70% del agua a Bogotá y a otros once municipios cercanos. Foto: Laura Feged / WWF Colombia.

Además, se dio cuenta de que a la zona llegaban muchas organizaciones a trabajar puntualmente en el territorio, llevaban gente de otros lados para después irse sin responsabilidad con la gente y con la tierra. Por eso, hace tres años surgió la idea de crear la fundación Grupo Conserva, relata Germán, que se siente agradecido de que WWF Colombia le apoyara: “creyeron en mí”.

Con hambre no hay conservación

Con Grupo Conserva ha impulsado actividades en la zona que han logrado que más personas se vinculen a proyectos de restauración, al ecoturismo y también que los niños en el colegio estén “interesados en trabajar, investigar y apoyar nuestro territorio” gracias a programas educativos.

La primera inversión que recibió Grupo Conserva vino de la mano de PNN y WWF Colombia para sembrar 2.700 árboles en la zona, y aunque no fue tarea fácil, Germán lo logró. Pero tras la ardua labor de convencer a los lugareños de sembrar en sus tierras, Germán llegó a una conclusión que ha sido la que ha asegurado su éxito en la zona: “a la gente, a parte de los árboles, toca ayudarles con otras actividades para que puedan subsistir”.

“Conservar con hambre es muy complejo”, pero gracias a la colaboración con PNN y WWF Colombia se comenzó a trabajar con la comunidad y se logró vincular a más gente. Al comienzo fueron tres o cuatro familias, “pero comenzaron a creer en nosotros y ya tenemos 25 familias en el proyecto, con una meta de sembrar 15.000 árboles este año”.

Cuando Grupo Conserva fue invitado a participar en el programa Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés)- Herencia Colombia* no dudaron en sumarse a sus filas. “Nos gustó lo que está escrito, nos gustó porque es un proyecto a largo plazo y está apuntando a lo que nosotros queremos y a lo que necesitamos”, explica Germán.


Hace tres años surgió la idea de crear la fundación Grupo Conserva, relata Germán, que se siente agradecido de que WWF Colombia le apoyara. Foto: Fílmico Colombia.

Tiene tanta fe en el proyecto que le pide que no sean diez años lo que dure el proyecto, sino que “se mantenga”. “Lo que nos sobran son ganas, nos faltan recursos, tiempo, más gente que se vincule con donaciones y capacitaciones”, dice Germán, que más allá de los recursos económicos que pueda llevar Herencia Colombia al territorio, está orgulloso de ser partícipe porque “están trabajando con el territorio, están creyendo en nosotros”.

Germán también ha logrado articular a los jóvenes generando arraigo en la tierra que los vio nacer y dando trabajo a las personas mayores de la comunidad a través de la conservación y el ecoturismo, todo mientras se garantiza la supervivencia del conocimiento ancestral, de las leyendas y mitos de la zona de influencia de Chingaza.

Además, gracias a los acuerdos de conservación y restauración, el oso andino, especie emblemática de esta área protegida, “de Colombia y de todo Sudamérica”, se siente protegido, en palabras de Germán, y al protegerlo a él también se preservan muchos ecosistemas, porque el oso es una especie sombrilla. “Si yo cuido al oso, también cuido al tucán, al loro, al zorro”, entre otros.

*Acerca de Herencia Colombia

En el marco de la COP 21 de Cambio Climático en París, en diciembre de 2015, se estableció el programa Herencia Colombia (HECO), mediante un acuerdo entre diversas entidades y organizaciones público-privadas con el principal objetivo de asegurar la conservación y financiación a largo plazo de más 40 millones de hectáreas, a través del fortalecimiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) y otras estrategias de conservación. 

HECO busca generar paisajes sostenibles como espacios de inclusión y construcción de paz, promoviendo el bienestar y desarrollo humano en el contexto del cambio climático. Además, es una apuesta relevante para cumplir los compromisos globales en biodiversidad post 2020, establecidos por el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), la Convención de Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

A nivel nacional, HECO se alinea con la política para la consolidación del SINAP y otras estrategias como la Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (PGIBSE), la Política Nacional de Cambio Climático, el Plan Nacional de Adaptación y la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono (ECDBC) y la Estrategia Integral de Control a la Deforestación y Gestión de los Bosques (EICDGB). 
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