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¿De dónde viene el agua que nos abastece?
El agua que utilizamos al abrir el caño llega de glaciares y montañas, en donde hay importantes nacientes de agua, las cuales forman ríos y quebradas que llevan el agua hacia las ciudades, para dar soporte a nuestras actividades diarias. Esta agua es captada por empresas prestadoras de servicios de saneamiento para potabilizarla antes de que llegue a nuestros hogares.
Asegurar el acceso, la cantidad y calidad de agua para la población, permite la reducción de enfermedades relacionadas a la inadecuada gestión hídrica y eleva la calidad de vida de la población que la consume. Para garantizar la disponibilidad del agua dulce, es necesario crear diferentes mecanismos de conservación que permitan preservar este escaso y vulnerable recurso. Aunque nuestro planeta es 70% agua, apenas el 3% es agua dulce y de esta solo el 1% se encuentra disponible en la superficie, como en ríos y lagos, y puede ser utilizada para consumo humano.
En Perú, una forma de conservar los ecosistemas de agua dulce, el bosque y los diferentes servicios ecosistémicos, es mediante los Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MERESE). Dentro de este mecanismo hay uno que se enfoca en la regulación hídrica y trabajan específicamente con Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). “Estos instrumentos permiten generar, canalizar e invertir fondos en acciones orientadas a la conservación, recuperación y uso sostenible de los ecosistemas. Las áreas en donde se implementan los MERESE son fundamentales para la provisión de servicios ecosistémicos, como la regulación, provisión y calidad del agua, la purificación del aire, la conservación de suelos fértiles y otros beneficios esenciales para el bienestar humano.” indica Leonardo Olivera Oficial Asociado de WWF Perú.
Para canalizar estos fondos a favor de los ecosistemas, se necesitan dos tipos de actores claves. Los contribuyentes, comunidades locales o indígenas, que están dispuestas a realizar las acciones de conservación y recuperación. Por otro lado, los retribuyentes, personas que reciben el beneficio o instituciones privadas que se benefician de la protección de los ecosistemas. Los retribuyentes aportan monetariamente al incremento de un fondo destinado a la conservación del servicio ecosistémico y así los contribuyentes pueden realizar las actividades en beneficio de la conservación.
Leonardo también menciona que es importante recalcar que las Empresas Prestadoras de Agua y Saneamiento son responsables de asegurar que el agua destinada al consumo humano sea de calidad y con suficiente disponibilidad para las ciudades. Es así como, tienen la oportunidad de convertirse en un canal de retribución económica, no necesariamente monetaria, para las comunidades que protegen las fuentes de agua.
WWF Perú desde el 2023, apoya la mejora de la gestión de los MERESE Hídricos (MERESEH), a través del fortalecimiento de capacidades de personas vinculadas a la implementación de estos mecanismos. Al mismo tiempo, ha elaborado productos técnicos orientadores para la mejorar la gestión de los MERESEH, tales como “Cuellos de botella para la implementación de los Merese Hídricos en las Empresas de Saneamiento de la Amazonía” y “Estrategias para afrontar los cuellos de botella en la implementación de los Merese Hídricos en las empresas de saneamiento de la Amazonía”.
Estos insumos contribuyen a identificar y superar los desafíos en la implementación de los MERESEH en la Amazonía peruana. Su objetivo, es fortalecer la participación del sector saneamiento, promoviendo acciones dentro de sus competencias que faciliten una articulación progresiva con otros actores, permitiendo un mayor impacto en la protección de las fuentes de agua y garantizará la sostenibilidad del servicio de saneamiento para la población local.
Adicionalmente, como plan piloto se están implementando las recomendaciones en el MERESEH EMAPA San Martín, en Tarapoto y el MERESEH EMAPAT en el Bosque Local Señor de la Cumbre, en Madre de Dios. Con este trabajo se recopilarán las experiencias y lecciones aprendidas para implementar el modelo de gestión a lo largo de la Amazonía.
Los MERESEH, además, son mecanismos que pueden ser registrados como Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OMEC). Esto quiere decir que aseguran el adecuado funcionamiento del ciclo del agua y contribuyen a la Meta 3 del Marco Global de Biodiversidad que busca conservar y gestionar eficazmente al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales, costeras y marinas del mundo.
